domingo, 22 de junio de 2008

uno

Nada está quieto. Siempre un soplo de brisa minúsculo, un temblor, un latido, un ligero aleteo. Alrededor de mí, en la cima más ardua de la noche, algo debe moverse.
¿Puede una respiración tan leve
impulsar a otros cuerpos?
Se esfuerza la razón. Trabaja para extraer de este caos pertubador una ley predecible. He aquí mi momentum, mi energía, mi fuerza.
En busca de una ciencia que describa, doy impulso a mis pies alrededor del cuarto. Girar es el trabajo al que a todas las horas, un impulso violento me somete.
Mecánica pura, los astros se desplazan a increíble distancia, desde la noche impura. Nada está quieto. Nadie.


Oigo un teclado que aporrean, o dentaduras rechinantes o pasos, vencidos bajo un enorme peso.
Polvo, dura raíz hundida : la gleba de los muertos.


2 comentarios:

Luc dijo...

Este es una maravilla. Tenía que decirlo.
Y aprovecho también (y sigo con...) para decir que el logo, si lo mirás fijo un rato, se mueve. Fijate.

inx dijo...

Sí, es un ejemplo de arte óptico. Me costó un par de intentos fallidos pero por ahora me parece que quedó bien. Gracias por venir.