sábado, 11 de octubre de 2008

trece

Releo y no consigo comprender tus palabras. Creo que no miden su alcance, las veo como un dibujo sobre el papel, independientes de razón, carentes de sentido. ¿Cómo fue que te volviste algo desconocido para mí, cómo llega tu vida, respirando a mi lado, a convertirse en este suceso impredecible?
No tengo futuro ahí donde no estés, no puedo concebir la realidad del pasado si no me lo evoca tu presencia. Estoy, me siento, al borde de un precipicio sin haberme desplazado un sólo paso de la puerta de casa. No me hables así, no me escribas usurpando ese nombre y ese cuerpo. Nada en vos me resulta "familiar", y no puedo y no quiero hablar con una extraña.

5 comentarios:

Reina dijo...

qué lindo es todo esto de acá!!, no me sorprende pero me alegra. Un beso grande

Pablo Seguí dijo...

no se persigne, me cach'en... ya viste de lo Unheimlich, fue un espanto, una estación.

Amanecida acá, te cuento que en un rato tengo el "anali" (como dicen hacia el sur) de sangre, litemia y otros pálpitos del médico clínico. Sólo agua y tabaco, y estoy insomne.

Best Régards, che. :)

Pablo Seguí dijo...

Insisto en comentar. Hecho el análisis, capaz que mañana veo a mi médico clínico.

Y no exagere -por lo que recuerdo, digo-, que se me va de mambo. :)

Besos.

inx dijo...

Exageraba el tipo.

Pablo Seguí dijo...

senci'íta, la Mercedes... :-o